Ahora que empezaba a estar más sereno, que era capaz de no pensar en Ella a cada instante, su subconsciente se empeñaba en traerla de vuelta a sus sueños cada noche. En aquella ocasión, soñó que se besaban: sólo un beso, lento y suave, delicado y sentido. Un beso que hinchaba el corazón, que detenía el tiempo.
Lástima que fuera sólo un sueño.