La echaba de menos. Incluso poniendo todo su esfuerzo en bloquear cualquier cosa que pudiera recordarle a Ella, siempre había un momento en que se terminaba «colando», como el agua siempre encuentra las rendijas para filtrarse.
Le ocurría especialmente en los días de fiesta, en los que trataba con otras mujeres y se arriesgaba a buscar nuevos caminos porque, al final, siempre terminaba comparándolas a todas con Ella. Y todas acababan perdiendo.