Él sabía en qué habían quedado. Él sabía que se había comprometido a silencio total hasta que Ella le avisara. Él sabía que todo un día de viaje, con múltiples «observadores» cerca, era complicado para comunicar. Él sabía que Su vida había sido un giro casi inconcebible en las últimas horas, y Ella necesitaba asimilarlo todo. Él sabía cuáles eran las reglas del juego.
Pero él también sabía que Ella había propuesto que se vieran al día siguiente, y si se concretaba tenía que organizarse. Él también sabía que un mensaje rápido tipo «de vuelta», o «en casa», o «imposible escribir, mañana hablamos» se podía escribir y hacer desaparecer en diez segundos. Él también sabía que un día entero mirando el móvil cada diez minutos podía llegar a ser desesperante.
Él sabía cuáles eran las reglas del juego y las aceptaba, pero confiaba en que fueran las mismas para los dos.
Archivo de la etiqueta: Reglas
Reglas
De pronto, sin saber muy bien cómo, sin haberlo visto venir, se encontró ante el indicio de otros ojos, la propuesta de otros brazos, la promesa de otros labios. Y se quedó petrificado.
No fue solo la sorpresa, ni tampoco el vértigo de una situación inesperada; lo que le cortó la respiración fue la imagen de Ella haciéndose añicos en su cabeza. Y sí, era ridículo sentir aquel tipo de lealtad por alguien que no era su pareja, que parecía que no le amaba, que desde hacía meses ya casi ni siquiera estaba. Pero se había repetido tantas veces que si tenía que romper las reglas sería solo por Ella, que había llegado a creerlo por completo.
Solo por Ella. Qué ironía.