Con el alma partida por la magnitud de la decisión quité acababa de tomar, subió a su coche y encendió la radio. Aunque dudó un segundo, sintonizó una emisora de noticias para huir de sus sentimientos, pero esto fue lo primero que escuchó:
«Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo
Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo
Ya no puedo continuar espiando, día y noche tu llegar adivinando
Ya no sé con que inocente excusa pasar por tu casa
Ya me quedan tan pocos caminos y aunque pueda parecerte un desatino
No quisiera yo morirme sin tener algo contigo«.Incluso la radio… Iba a doler más que nunca, estaba claro.