Preparado

Después de su pequeña excursión nocturna a la ciudad vecina y casi sin haber dormido, ya estaba preparado de nuevo para otra comida, otro tardeo, otra nocturnidad y lo que se terciase.

Para lo que no estaba preparado era para encontrarse con Ella, porque estaba seguro de que se iban a encontrar. No sabía ni cómo ni dónde, pero se iban a encontrar. Tampoco sabía cómo iban a reaccionar ninguno de los dos, si iban a hablar o no, si se iban a ignorar, si ella mostraría su lado altivo y orgulloso, si él se mantendría firme o caería a Sus pies como siempre.

No sabía nada, porque no tenían ningún tipo de contacto. Y el hecho de no saber, le inquietaba y le hacía sentirse inseguro. Se iban a encontrar, y no estaba preparado.

Preparado

Fantaseaba con que sí pero, en realidad, no. No estaba preparado para decirle adiós, y se convenció en tan solo diez minutos.

El primer momento, al encontrarse con Ella, se quedó sin respiración, como siempre. En el siguiente minuto recordó lo dolorosamente bella que era. Y en los siguientes ocho minutos  concentró todas sus esfuerzos en huir de su mirada, pues le asustaba por igual clavarse en sus ojos como descubrir que él ya no era su presa.

Así que no, no estaba preparado, y aún peor que cerciorarse de cuán largo y duro sería el camino, era el no saber de dónde demonios iba a sacar las fuerzas.