Llevaba dándole vueltas todo el día: Con Ella nunca se sabía, pero esta vez sí que parecía haber llegado el final. Lo había visto venir durante aquellas semanas después de su operación, igual que la otra vez, pero todavía con más claridad: teniendo más tiempo que nunca, más oportunidades que nunca, teniendo más libertad para hablar o escribirse que nunca, y sin embargo la había visto distanciarse poco a poco… Él sospechaba que la decisión estaba tomada desde que las cosas no salieron como Ella esperaba la última vez que estuvieron juntos, y que su recuperación mucho más larga de lo esperado terminó de confirmarlo, aunque ahora ya todo diera igual.

No le quedaba más remedio que volver a poner en marcha su vida. Porque, a pesar de que hubieran estado llenos de momentos maravillosos, los últimos seis meses no habían sido más que eso, una pausa por Ella. Pero no podía estar pausado para siempre, no podía estar esperando para siempre, por más que quisiera. El mundo seguía girando y él tenía que continuar. Y, aunque vendrían recaídas por parte de los dos, quizá un poco de distancia les haría darse cuenta de qué sentían en realidad. Quizá cuando Ella le viera alejarse se decidiría a dar un cambio a Su vida, tal y como había hecho él dos años antes.

Fuera lo que fuese, y aunque la decisión la había tomado Ella, había llegado el momento de volver a pulsar el botón de play.