Y más mensajes, y más canciones, y más declaraciones, y más cosas de las que nunca antes se habían dicho, y más revelaciones. Aunque no quería ni pensarlo, la verdad era que podría acostumbrarse a aquello. Podría acostumbrarse a Ella, y no volver a pensar en nada ni en nadie nunca más.
Pero no quería ni pensarlo. Por el momento, se conformaba con desollar vivo a cualquiera que tratase de despertarle de aquel sueño.