Se sentía más perdido que nunca. Era como recorrer una zona damnificada por una inundación, todo estaba tan asolado que uno no sabía ni por donde empezar: su trabajo estaba en el aire, su casa era un campo de batalla, su vida social era precaria, y Ella… Ella ya no estaba.
Por muy acostumbrado que estuviera a pelear por cada migaja que la vida le dejaba caer, la perspectiva de otro año sin ilusiones, sin esperanzas, se le presentaba aterradora.