Perfume

Camina distraído, totalmente absorto en sus pensamientos, cuando al cruzarse con alguien el perfume de ella le golpeó como una bofetada. Se giró al instante, buscándola con los ojos desorbitados, pero Ella no estaba.

Entonces volvió a mirar al suelo, reemprendió la marcha y se convenció de que la espina de aquel perfume se le había clavado mucho más hondo de lo que él mismo quería admitir.

Senda

Intuía que la senda que recorría se perdería en las entrañas del bosque, pero el aire era tan puro, las flores eran tan frescas y las estrellas tan brillantes, que se empeñó en que sus pasos fueran cada vez más cortos.