Estrella Michelin

Y entonces, cuando menos se lo esperaba, apareció alguien desconocido e imprevisto, como un soplo de aire fresco que revive una habitación cerrada durante toda la noche, con la promesa de un nuevo día con sus ilusiones y esperanzas renovadas.

Y sí, sabía de sobra que no era la persona indicada y que no iba a durar, pero, acostumbrado durante más de media vida a ser el segundo plato, no estaba nada mal sentirse como una estrella michelín durante unos días.