Máscara

Había días en que cosas muy sencillas podían suponer grandes logros, y en aquel día algo tan simple como levantarse de la cama ya se convirtió en una gran victoria. No solo por el cansancio de su cuerpo, la falta de suelo o el dolor de cabeza y garganta, sino sobre todo por el peso de la tristeza en su corazón.

Por eso, ser capaz de llegar al trabajo, volver a colocarse su máscara y sonreir a las veinticuatro criaturas que le esperaban para otra jornada escolar ya le supuso uno de aquellos enormes logros.