Había estado esperando Su llamada todo el día, por más que supiera desde el mismo momento en que Ella se lo dijo que la llamada no iba a llegar. Exactamente igual que sabía que el centenar de conversaciones que tuvo en su cabeza con Ella quedarían en cero, una vez más.
Pero esta vez tomó nota, esta había sido la gota. Esta vez fijó unos límites que no iba a permitir que nadie rebasara. Nadie.
Ni siquiera Ella