Incertidumbre

Había tardado casi una semana en similar su nuevo fracaso, en asumir que tampoco era capaz de arreglar su vida profesional y quitarse preocupaciones y quebraderos de cabeza. Porque necesitaba demostrarse con urgencia que era capaz de hacer algo bien, que podía estar a la, altura en algo, que no era un simple extra en la película de la vida.

Pero había vuelto a fracasar, y eso significaba que todos sus planes, todos sus proyectos y todas sus ilusiones volvían a quedarse congelados  durante dos años más. Así que, a su soledad, su tristeza y a sus silencios, volvía a sumar otra vez la incertidumbre y la inquietud. ¿Cómo iba a concentrarse en ser feliz cuando nada estaba en su sitio, cuando cada motor de su vida, en vez de empujar, se convertía en otro lastre del que tirar cada día?

Incertidumbre, puta incertidumbre.