Fue instantáneo: en cuestión de un segundo, se olvidó de las hinchazones, las magulladuras, los puntos y los dolores. En cuanto se enteró de que Ella estaba herida, solo pudo pensar en salir corriendo e ir a verla, a cuidarla, a consolarla.
Haría explotar el mundo si así lograba que Ella se sintiera mejor.