Debía de tratarse de una cuestión de hechicería: cuando la veía llegar todo se apagaba, todo se paraba, incluso su propia circulación sanguínea se detenía. Hasta el momento en que Ella le miaraba, en que sus venas se llenaban de fuego y el aire se le escapaba de los pulmones. Pura hechicería.
Hechicería
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