Podía llamarlo destino, providencia, karma o de cualquier otra manera, pero lo cierto era que si existía una fuerza todopoderosa que manejase las vidas de las personas, se había empeñado en ensañarse con él. No importaba cuántos propósitos hiciera ni cuántas decisiones tomara, en el lugar más insospechado se topaba con una canción, o una película, o un poema o una simple cita escrita especialmente para Ella.
Le habría resultado todo muy gracioso si no le desgarrara por dentro cada vez.