Hola Encanto.
Han sido unos días intensos y estresantes en todos los aspectos, pero van pasando los días y poco a poco vamos derrotando a esta situación excepcional en la que nos obligan a estar. Y yo sigo, mal que bien, con mi tarea de sacarte una sonrisa de vez en cuando, tirando de recuerdos y situaciones. Como el recuerdo de hoy…
Efectivamente, se ha cumplido lo que predije en aquel momento: «algún día nos reiremos al recordar esto», pero en su momento me hizo muy poca gracia. Fue en aquella ocasión en que estábamos en la fiesta grande del pueblo en que yo trabajaba y, en uno de esos arranques tuyos en los que no ves el peligro, te dio por subirte a un caballo con un desconocido e irte a dar una vuelta por ahí. Traté de impedírtelo, quise salir corriendo detrás de ti, pero si otros presentes con más galones que yo te dejaron ir, no podía hacerme el héroe. Por mas que lo necesitara, por más que todos mis instintos gritaran que tenía que salir a tu rescate de nuevo, y luego asesinarte.
Pero como siempre, te supiste manejar (o tuviste suerte de dar con un buen desconocido) para estar al poco de vuelta sana y salva, mientras comentábamos la jugada y nos reíamos (aunque las ganas de asesinarte me durasen varios días, lo reconozco). Y gracias a ello, ahora tenemos otra bonita aventura que recordar, y sonreír al hacerlo. Al menos hasta la próxima vez, en la que espero seguir estando cerca para sentir el impulso de ir a rescatarte y asesinarte después…
Cuídate mucho, y tras las últimas noticias, recuerda nuestro lema (506th PIR, 101st Airborne): We Stand Alone Together.