Con él

Habían sido unos días complicados. Primero su enfermedad, después del viaje de Ella que los obligó al silencio absoluto, después la enfermedad de Ella con más silencio auto impuesto… Todo difícil de gestionar y asimilar, podría hacer sido el caldo de cultivo prefecto para otra de sus comeduras de cabeza retroalimentadas. Pero no, mantuvo la calma, y cuando Ella convirtió la propuesta de chateo en cita en plena calle, a él se le disiparon todos los nubarrones.

Su cara, Su sonrisa, Sus ojos de siempre, los amagos acercarse más de lo debido, los dos besos formales de despedida que duraron mucho más de lo normal, ¡todo! Todo fue increíble y maravilloso durante aquellos escasos cuarenta minutos que pasaron juntos, lo suficiente para cambiar por completo la última semana y un día de mierda.

Porque Ella seguía allí. Con él.