Añoranza

La echaba de menos. La echaba tanto de menos, que a veces sentía que le faltaba el aire. La añoraba tanto, que pensaba que no podía sentir nada peor. Pero no era cierto, cuando se obligaba a ser sincero consigo mismo, sabía que no era cierto. Mucho peor que añorarla, era no permitir que ella supiera cuánto la echaba de menos.