Tecla tras tecla, carácter tras carácter, megabyte tras megabyte. Unos y ceros y ceros y unos.
No dejaba de resultar irónico que algo tan frío como una pantalla aportase tanto calor a su vida.
Tecla tras tecla, carácter tras carácter, megabyte tras megabyte. Unos y ceros y ceros y unos.
No dejaba de resultar irónico que algo tan frío como una pantalla aportase tanto calor a su vida.