Ya estaba hecho: los Magos de Oriente habían cumplido su parte, y se encontraba de nuevo en la casilla de salida con ilusión renovada. Era muy probable que no ganara la partida, pero nadie le arrebataría la emoción del juego.
Ya estaba hecho: los Magos de Oriente habían cumplido su parte, y se encontraba de nuevo en la casilla de salida con ilusión renovada. Era muy probable que no ganara la partida, pero nadie le arrebataría la emoción del juego.