Agarrado con sus últimas fuerzas al borde del abismo, a punto de precipitarse al más negro de los abismos, vio aparecer entre sus manos un cabo desconocido, una cuerda salvadora a la que poder asirse y salir del peligro, la promesa de una nueva ilusión.
Daba igual si al final aquel chispazo quedaba en nada, el simple hecho de que se hubiera producido ya era suficiente para traerle de vuelta a la luz.