No podía creerlo: intentando huir de aquel día aciago de amarguras y congojas, y olvidarse de fotos y canciones, decidió empezar a ver unas de las series de comedia más famosas de los últimos años, centrada en una oficina con un jefe inepto desastroso y una recua de empleados pintorescos. Pero para su estupefacción, una de las tramas principales se basaba en una pareja de compañeros de trabajo que estaban secreta profundamente enamorados el uno del otro, pero que se obligaban a disimular y ocultárselo porque ella estaba prometida con otro hombre. Hasta que, en un momento dado, él se lanzaba y se besaban, pero ella optaba por echarse atrás y mantener su compromiso aún sabiendo que le amaba.
Parecía una puta broma. Era encontrarse su historia una y otra vez, ahora ya incluso en la comedias.