Su ánimo estaba tan gris como las nubes, que anunciaban lluvia continuamente pero apenas dejaban caer nada. Él se sentía igual, a punto de muchas cosas, esperando gotas de vida que le pintasen una sonrisa por dentro y por fuera, agua que le limpiara de soledad, dificultades y quebraderos de cabeza.
Pero, al igual que con el tiempo, cada mañana al despertar solo de encontraba con calor bochornoso y nubarrones.