Era difícil de creer que, justo cuando se echó a la calle para intentar dejar de pensar en Ella, la primera canción que sonó en sus auriculares, de una lista con más de cien canciones en modo aleatorio, fuera precisamente «Miracle», de Jon Bon Jovi. Una de sus favoritas, una de las que le habría cantado a Ella en bucle, una de las que le tocaba en lo más profundo cada vez que sonaba. Y justo en aquel día, en el que ellos habían tenido, por fin, su propio milagro.
Puto karma, o como se quisiera llamar.