Flotar

Le parecía estar viviendo un sueño. Él le escribió para rogarle que se vieran antes de las fiestas, Ella se inventó una velada vespertina para logrado y complacerle. Después vino el ansia por verse a solas, por rozarse, por besarse, pero no fue posible. Y aún así, la simple intención de intentarlo ya le consoló.

Ella seguía con él, y él seguía como flotando en una nube. Y aunque la puntera de sus pies continuaba rozando el suelo, no iba a dejar de flotar mientras pudiera.