Ocupó su butaca, dispuesto a disfrutar de la secuela de una de sus películas favoritas, sin nadie a su derecha ni a su izquierda. Apenas cinco días antes, Ella había ido a ver esa misma película con Su familia.
Dos años atrás, habrían ido juntos, aunque fuera con más gente, y mucho más siendo una película de aviación y él un «casi» experto en el tema.
Pero dos años atrás era otro mundo, otra vida y casi otra realidad. Por eso, aunque estuviera convencido de que que Ella le tuvo en mente cada segundo de la película, las butacas a su derecha e izquierda iban a permanecer vacías.