Retiro

Aquella semana de retiro casi forzoso se había convertido, al final, en una suerte de oasis, donde el contacto con absolutos desconocidos con los que tenía un punto de partida común le había resultado casi terapéutico. Sí, había visto los anuncios de venta de (sus) muebles compartidos en redes sociales, como también había visto Sus fotos, que removían mil cosas por dentro, pero había logrado minimizarlo todo y ponerse a él mismo por delante de todo. Y reír, y conversar, y desahogarse, y comprobar que seguía vivo y despertaba interés y aprecio en otras personas.

Pero, pese a sus renovadas energías e ilusiones, le bastó abrir la puerta de su casa y leer un par de mensajes para constatar que sus demonios, los mismos de siempre, estaban en la entrada esperándole, como siempre