Lúgubre

Se levantó enfadado, como casi todos los, días. Llevaba ya un tiempo en el que sus problemas reales, los familiares y laborales, le perseguían también en el mundo de Morfeo, anulando el único reducto de magia, fantasía e incertidumbre que le quedaba. Y si, además, soñaba con Ella en la misma noche, era imposible que sí humor  no fuera lúgubre al despertar.