No hacía mucho Ella le había dicho que las rutinas daban calma, en cierto modo, y había una rutina a la que él volvía una y otra vez: pensar en Ella, echarla de menos, dudar entre escribirle o no, arrepentirse de todo, ahogarse con el Silencio.
Pero aquella rutina no le traía calma, sino que le robaba la vida. Por eso tenía que pasar página. A cualquier precio.