Nubarrones

Después de aquel pequeño rayo de sol que le había dado luz y calor el último par de días, volvían los negros nubarrones de la soledad y la tristeza a cubrir su cielo.

Y mientras se abrigaba cuanto podía y se acurrucaba junto al fuego, se preguntaba cuánto tiempo podía vivir un hombre con el corazón machacado y vacío.