Y fue entonces, justo en medio de sus tribulaciones y su insomnio, cuando la función «random» de su reproductor decidió escupirle a la cara una de las canciones que Ella le había enseñado días atrás:
«Si todo es mentira,
y la mentira soy yo
deja que esta vez,
te hable con mi valor.Me sigues gustando,
te sigo soñando,
es esta la forma que tengo
cariño de demostrarlo»Y fue entonces, justo en medio de sus tribulaciones y su insomnio, cuando decidió que era imposible que Ella no pensara en él con aquella canción. De poco le iba a servir, era cierto, pero nada ni nadie en el mundo lograría convencerle de que, por una vez, Ella le había «hablado» con una canción a él.
Aunque no fuera verdad.