A propósito

Fue asombroso: Ella se había encargado de poner la música durante toda la velada, y cuando él volumen y las conversaciones comenzaban a disminuir, decidió poner dos canciones, una tras otra, que a él le dejaron boquiabierto: es como si el cantante hubiera decidido recoger todas los momentos, las palabras, las sensaciones, los anhelos que él había escrito tantas veces, y las hubiera reunido para construir canciones. Que en uno de los momentos más bajos de su vida Ella escogiera versos como «me sigues gustando / te sigo soñando / es esta la forma que tengo de demostrarlo» era como una bocanada de aire fresco, una manera de volver a sentirse como el viento.

Y, aunque no despegó los pies del suelo ni por un solo momento, decidió que anoche se dormiría creyendo que la elección de canciones había sido totalmente a propósito, que aquellas melodías habían sonado por él, y sólo por él. Puestos a soñar…