En un día como aquel, en que apenas cruzaron unas pocas palabras y sus ojos no se encontraron ni una sola vez, le vino a la cabeza la estrofa de una canción de las que dolían:
«Yo no sé si un día esta herida cure, pero estoy seguro de que hoy no será, puede que mi corazón así madure, imaginando que le quede un trozo más»
Si aquel amor tenía los días contados, si tenía que acabar muriendo, suplicaba que no fuera así, con un sabor amargo en la boca.