Ya había pasado otras veces por lo mismo, ya se había sentido así con anterioridad: la pesadumbre, la decepción, la rabia, el desamor; la certeza de que solo había cenizas, de que aquella historia solo existía en su imaginación, de que el cuento había acabado; la resignación de obligarse a mirar para otro lado y vivir una vida sin Ella, de admitir que Ella no le amaba.
La diferencia entre todas aquellas veces y ésta, es que ahora era triste y realmente de verdad.