Frutos

El bloqueo inflexible a sus sentimientos estaba, por una parte, dando sus frutos: estaba mucho más sereno, más reflexivo, más racional; había desaparecido sensación de asfixia, podía pensar en Ella de manera analítica, y no pasional; empezaba a ser consciente de la realidad de manera objetiva, de ver que Ella nunca iba a estar a su alcance -porque en realidad nunca lo estuvo- sin desmoronarse y hundirse en la Negrura.

Pero, a cambio, pagaba un alto precio por aquellos frutos: se sentía plano, sin emoción, como un autómata programado para cumplir con una tarea diaria; se hacía cada vez más consciente de lo anodina que era su vida sin sus sentimientos por Ella, por muy irreales que fueran; y lo peor, las palabras no acudían; si no había sobre qué escribir, difícilmente habría palabras partes hacerlo.