De manera accidental, como casi siempre, había descubierto una de aquellas canciones que se convertían en una constante en sus días y sus noches, una de aquellas canciones que resonaban en su cabeza sin parar, una de aquellas canciones que no es que tuvieran similitudes con él, sino que les describian de pies a cabeza.
Porque aquella canción hablaba de un hombre derrotado, acostumbrado a caer y aprender a sufrir, a parar de intentar sin conseguir, a vivir en un mundo lleno de sombras solitarias con un corazón donde nada tenía sentido. Un hombre que, aún cuando lo mejor de él se sentía como un chiste, era capaz de mantener una pequeña esperanza.
Quizá la que él siempre había esperado ya había desaparecido, pero la encontraría por otro camino:
«Cause when you try and when you choke, still have a little hope».