Se había contenido gran parte de la noche porque su balcón se había convertido en confesionario adolescente, pero cuando por fin se quedó a solas se dio cuenta de que había llegado el momento de buscar canciones nuevas, porque ninguna de las aproximadamente quinientas canciones que tenía guardadas en sus listas era lo suficientemente triste como para reflejar cómo se sentía.
Demasiadas horas despierto, demasiado bourbon de alta graduación, demasiada tormenta en su interior.