Testigo

Pues no, levantarse para ir a hacer de testigo del amor entre dos personas no era el mejor plan para alguien a quien acaban de despachar un día antes sin motivos ni explicaciones después de haberle hecho sentir especial durante un par de semanas. Por no hablar de cómo la relación con el amor de su vida se había convertido casi en «contacto cero», como decían ahora los niñatos en redes sociales.

Pero así era la vida, así era su vida: asentar el chaqué, ajustar el nudo de la corbata, grabarse a fuego una una sonrisa fingida y ocultar que estaba triturado por dentro.