Que le preguntasen qué tal le había ido el día; que volviera a vibrar el móvil y se encontrase una canción dedicada para él; que tuviera que volver a planear todos los detalles para una tarde perfecta; que las horas se pasasen volando entre risas, cotilleos y reflexiones; que las manos se rozasen apenas en el paseo improvisado; que se inventasen excusas estúpidas para demorar el momento de la partida; que volviese a sentir el tacto de unos labios suaves y delicados sobre los suyos; que revoloteasen de nuevo mariposas en su estómago y no pudiera borrar una sonrisa bobalicona de su rostro; que llegase a casa como flotando con alas en los pies y aquella nueva canción maravillosa retumbando en su cabeza.
Que por fin la vida se apiadase un poquito de él y le ayudase a rellenar el tremendo vacío que Ella le había dejado; todas y cada una de aquellas cosas le parecieran una auténtica bendición, que gracias a una nueva luz se sintiera como renacido.
Archivo por días: 28 abril, 2024
Al final
Pues sí, se reafirmaba en lo que había escrito el día anterior, ¿por qué todo en su vida tenía que ser tan jodidamente complicado? Porque momentos como estar sentados en los extremos de una mesa de un restaurante, que sonase una canción en particular y que ambos se mirasen el uno al otro durante una eternidad, diciéndose si recordaban la canción sin necesidad de mover los labios siquiera… Eran como escenas de una película, era algo fuera de lo normal, era el puto hilo rojo, eran ellos dos.
Pero, al final, eran solo momentos. Porque, al final, él tenía planes para aquella tarde de domingo, y no eran con Ella.