Había puesto tanto empeño en mantener su cabeza en blanco todo el domingo, que cuando llegó la noche su subconsciente tuvo que compensar: pasó toda la noche soñando con Ella.
Si ya era malo un lunes después de un largo puente, comenzarlo lleno de tristeza, añoranza e impotencia lo convertía en una tortura. Y más sabiendo que, con las fechas que se acercaban, sería complicado tener contacto con Ella. Y con la de recuerdos que se le venían encima…