Casilla de salida

Lo había logrado, había conseguido que un día entero con Ella y un beso furtivo no le hicieran explotar la cabeza; había logrado resistir la tentación de tragarse sus principios y salir corriendo al encuentro del grupo en el que estaba Ella; había podido evitar las canciones, los memes y los reels, y las declaraciones de amor cuando Ella le escribió; había sobrevivido a un domingo difícil renunciando a Ella.

Y aunque siempre le quedaba el pequeño remordimiento de que quizás Ella quería verle y él no había acudido, sabía que había hecho lo correcto: que Ella le hubiese besado, ya al final de la noche y sin defensas, solo significaba que en Su interior continuaba sintiendo lo que fuera que sentía por él, no que las cosas fueran a cambiar entre ellos.

Y él ya no tenía ni fuerzas ni créditos para más retrocesos hasta la casilla de salida. No sin Su ayuda, al menos.