Bobada

No sabía muy bien cómo lo había hecho, pero al final había logrado reorganizarlo todo para adelantar la celebración de su cumpleaños una semana cuadrando las fechas de su viaje y las agendas de un montón de personas. Y todo porque Ella había insistido en preguntarle si se verían aquel fin de semana.

Quizá fuera un iluso, un soñador o un necio, pero estaba convencido de que Ella le añoraba tanto como lo hacía él. Porque un emoji de un beso enviado sin motivo y a destiempo podía ser una bobada, pero también podía ser un «te echo de menos, aunque me cueste decirlo«. Y era de Ella.