¿Cómo explicar aquel desastre de día? Podría resumirlo en que había vuelto a ser prisionero de su honestidad y su palabra, dando cobijo a otro cachorrito abandonado de los que se le cruzaban a veces en el camino. Y no habría estado mal hasta que se encontró de sopetón con Ella, y la situación se pudo prestar a interpretaciones diversas.
Él se encontró ante la disyuntiva de irse a casa y dejar que saliera el sol por donde fuera, o volver y tratar de explicar la situación como pudiese. Tratándose de Ella, solo podía escoger la segunda opción, pero que no encontrase su mirada ni una sola vez en el siguiente par de horas, que Ella no volviera a insistir en «tomar la última» como siempre hacía, fueeon pruebas más que suficientes de que el involuntario daño ya estaba hecho.Aún así, y como por arte de magia, había aparecido la oportunidad de arreglarlo todo, o de explicarse al menos, en un día de piscina la jornada siguiente. A cambio de hacer de canguro, él soñó con la oportunidad de hablar con Ella, de explicarse, y de ayudarla en el momento complicado que Ella atravesaba. Ojalá que, por una vez, todo saliese como él esperaba.