Le había encantado que, a raíz de su cumpleaños, Ella hubiera empezado a darle «likes» en sus publicaciones en redes sociales, aunque aquello no fuera a cambiar nada; también le había encantando pasar un día con alguien muy especial de su pasado, y que le dijera que aún tenía que hacer esfuerzos para no saltarse las reglas por él, aunque aquello tampoco iba a cambiar nada; incluso le encantó que una de las personas más interesantes que había conocido en los últimos tiempos se empeñase en incluirle en su círculo de amistades por su madurez y buena conversación, aunque tampoco fuera a cambiar las cosas.
Todo aquello le halagaba y le reconfortaba, le demostraba que seguía siendo la buena persona que siempre había sido. Pero lo que el necesitaba en realidad era que llegase alguien buscando su lado oculto, que sacudiese su mundo, que quisiese liquidar al buen tipo y cambiar sus cosas.