Incondicional

Era realmente complicado mantenerse firme cuando se la tenía a Ella delante durante toda una cena, con Su belleza cegadora y deslumbrante, con Su perfume inundando su nariz sin remedio, con aquella tentación de tener Su piel a medio metro de distancia…

Era realmente complicado levantarse e irse cuando él intuía que Ella quería que se quedara. Y era aún más complicado cuando, a punto en entrar en su casa, Ella le escribía para decirle que, aunque ya se hubieran separado, se alegraba de haberle visto.

Puto amor incondicional de los cojones…