Estuvo toda la tarde fantaseando con que, cuando menos se lo esperase, llegaría un mensaje de Ella preguntando si él seguía por los bares, y que si él aguardaría para una copa juntos.
Luego llegó la tormenta desplegando toda su furia y obligando a cambiar todos los planes, rompiendo el cielo con sus relámpagos, limpiando las calles con la fuerza de la lluvia, y él sintió que incluso sus fantasías pertenecían a un tiempo distinto, a un momento distinto, a una vida distinta. Por mucho que él lo añorase.