El viento soplaba fuerte en aquella noche inusualmente fría de finales de mayo, mientras él seguía preguntándose por que no era capaz de dejar de pensar en Ella. Si todo estaba terminado, si ya no había nada que hacer, si la magia se había evaporado, ¿qué era lo que le mantenía enganchado, qué impulso conservaba el bucle infinito que le devolvía a Ella cuando casi no siquiera quedaban palabras que escribir?
Maldito hilo rojo.