Iracundo, furioso, decepcionado. Si había logrado aguantar su último encierro forzoso, había sido por la promesa de salir a comer con Ella el primer día de libertad. Pero, por enésima vez, el plan se había cancelado, y se encontró nuevamente encerrado en casa.
No era justo, no se lo merecía. Pero así estaban las cosas, por mucho que su sangre hirviera en las venas. Tendría que conformarse con otra noche de recuerdos, bourbon y decepción.