Por mucho que tratase de no recaer en aniversarios y recuerdos, se había cumplido un año exacto de aquella noche, tan trágica como intensa, en que Ella decidió, probablemente por última vez, regalarle aquel tesoro que era un beso Suyo.
Él nunca sabría por qué lo hizo Ella, y más teniendo en cuenta la deriva que tomaron las cosas en el siguiente año, pero el tacto de Sus labios permanecía indeleble en su boca. Tanto, que estaría dispuesto a lo que fuera, a cualquier cosa, con tal de poder sentirlo de nuevo.